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mdiezlejarreta

los ácaros

Ir incrementando ritmo y afección a medida que sienta lo que siente


Una vez compartimos

unas sábanas plegadas

que eran lijas y eran gramas,

y colchones

como esponjas

absorbían sudor, fluído y lágrimas.



(todos saben que del cuerpo el 70 por ciento es agua,

y el exceso de emoción drena por las mañanas. )


Pero volviendo al oxímoron

Todavía te odio, mi amor.


Y más luego

-¡te prometo!-

¡TE PROMETO!


Y más antes

-¿Qué escuchas?-

(inflexión)

-!¿QUE DECIS?!-


Y más tarde

Otra vez...


Una vez compartimos

unas sábanas plegadas

que eran limas y eran ramas,

y colchones

como enredaderas

nos ataban a la cama.



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